

Que nuestros mayores son el colectivo más vulnerable de esta crisis es una realidad, sin embargo el cierre de los centros de día hasta septiembre no es una solución factible para protegerlos, más bien, todo lo contrario:
La importancia de los centros de día para nuestros mayores
Un centro de día es un bálsamo para las personas mayores y sus familias, un lugar que fomenta su autonomía y supone una mejora en su calidad de vida, las actividades que una persona mayor realiza en un centro de día están directamente ligadas a su esperanza de vida.
Compañía: En un centro de día encuentran a su grupo de iguales ya que retoman relaciones con personas de su edad. Esto influye en la prevención del deterioro cognitivo y en la mejora de su estado de ánimo.
Actividad: La actividad es clave a cualquier edad, pero toma una especial importancia cuando nos hacemos mayores, mantener a los mayores todo el día en casa es nefasto para su salud física y mental, vamos a decir las cosas sin paños calientes, la inactividad puede restar años de vida a nuestros mayores. Sabemos que el coronavirus es también un potencial peligro por eso hablamos, en todo momento, de reabrir los centros de día con todas las medidas y garantías de prevención implantadas.
Control: En un centro de día la persona mayor está siempre rodeada de profesionales que pueden gestionar cualquier contratiempo, introduciendo las medidas necesarias para prevenir el empeoramiento una persona con algún con las técnicas y terapias necesarias para su mejora.
La importancia de los centros de día para las familias
Hemos empezado la reflexión hablando de nuestros mayores porque, para nosotros son lo más importante, sabemos que las circunstancias actuales le afectan más que a nadie, también cuando hablamos de injusticias sociales. Sin embargo no son los únicos.
Las familias de los ancianos, en especial de los que tienen algún grado de dependencia también se están viendo afectadas. Quizá en el confinamiento pudieran darle los cuidados necesarios pero con la vuelta a la rutina la cosa se complica, dadas las circunstancias incluso cuesta dar con una persona que quiera dedicarse a su cuidado de forma profesional porque “todos tenemos miedo a contagiarnos”, esto puede ser más o menos lícito pero es así en los tiempos que nos ha tocado vivir.
En otras ocasiones las familias si pueden encargarse de estas personas, muchas veces incluso quieren hacerlo pues hablamos de sus abuelos, abuelas, padres, madres, tíos, tías… Personas a las que quieren, pero ¿Tienen realmente los conocimientos necesarios para dar a sus familiares lo que necesitan? Tristemente la respuesta es no, y por muy buena voluntad que haya detrás de estos parientes entregados las personas mayores van a quedarse sin los cuidados, digámoslo una vez más: ¡NECESARIOS!
Una labor social, una labor de bienestar
Cuando no se conoce desde dentro un centro de día, tampoco se sabe la labor tan importante que sus trabajadores realizan para cientos de familias.
Puede parecer que los trabajadores queremos volver pronto al trabajo para conseguir sustento, pero no es así, no es solo eso, nuestro sustento es muy importante ¡Nadie puede negar eso, sería hipócrita! Pero hay más: los empleados de un centro de día sabemos que nuestra acción es literalmente VITAL para muchas personas y supone un desahogo para las familias, de seguir así mucho más tiempo no sabemos cómo esto puede acabar.
Esperamos que las personas indicadas recapaciten y reabran los centros de día lo antes posible, por supuesto, con todas las medidas adecuadas, pues lo que buscamos es dar a nuestros mayores la calidad de vida que merecen.